Un territorio de la Región de Murcia tan especialmente diverso, que alberga notables y numerosos valores naturales, como la comarca del Noroeste, y en concreto las sierras y campos de Moratalla, es el candidato perfecto para localizar una nueva orquídea murciana.
Así fue, hace un año, finalizando junio de 2016, cuando una observación ocasional del agente medioambiental Juan Alfonso Lozano, y de su compañero Enemérito Muñiz, quien advirtió inmediatamente del importante hallazgo, nos regaló para el catálogo de orquidoflora murciana a la Platanthera algeriensis. En algún lugar del Campo de San Juan, mientras caminaban entre lindes de cultivos de cereales y aromáticas, les llamó especialmente la atención en un húmedo herbazal el azul violáceo de la floración de numerosas plantas de polígala (Polygala calcarea), especie rara y Vulnerable que «habita en juncales y herbazales sobre suelos hidromorfos de arroyos de montaña», hasta entonces sólo citada en la Sierra del Tejo.
Y entre las polígalas, donde también abundaban otras orquídeas (Dactylorhiza elata y Ophrys apifera), en aquel enclave tan minúsculo, aislado y puntual, a la vez que excepcional por infrecuente en la mayoritariamente semiárida Región de Murcia, esperaba a ser descubierta una notable población de doscientos ejemplares de Platanthera algeriensis, una nueva y [hasta la fecha] ultima especie de la familia orquidáceas en territorio murciano.
Rincón de una #Murcia única y casi inimaginable [a las puertas de julio]; esta mañana en el Campo de San Juan de #Moratalla pic.twitter.com/9qEpgCbpiR
— Jale sp. 🍀 (@jalesp) 25 de junio de 2017
Aunque inesperada, pero sin embargo en su hábitat óptimo, como el que se ve en la imagen tuit anterior, un «herbazal sobre suelo hidromorfo» donde no se encuentra y que –curiosamente– está diseminado por todo el campo moratallero de San Juan, esta nueva y muy rara orquídea, la Platanthera algeriensis, se conoce fundamentalmente por quienes son muy observadores de las #floresdeMurcia y –sobre todo– por quienes comparten la información. Es decir, hay que volver a recalcarlo, para avanzar en el conocimiento es muy importante compartir los hallazgos destacados, no sólo publicarlos donde corresponde, si es que eso ocurre, porque suele ser que no o demasiado tarde, sino trasladarlos a quienes más les interesan y a quienes los estudian. Las orquídeas silvestres de la Región de Murcia, una familia fascinante para muchos y evidentemente también para mí, que llevo estudiando –y siguiendo con interés– desde hace ya bastantes años (algo más de una década) me [repito] interesan, las estudio y las sigo [y hasta visito allí donde se encuentren]. Por esto agradezco que, casi de inmediato, Jesús (técnico de flora de la Administración regional) y Enemérito (agente medioambiental) me llevasen y me acompañasen al lugar donde crecía esta escasa planta. Esta es la sinergia entre los que son –al fin y al cabo– profesionales del mismo ámbito –y también la generosidad– que permite avanzar en botánica. Porque registrar y multiplicar el conocimiento del recurso botánico conduce eficazmente a la divulgación y a su vez a la conservación de las plantas.