No tengo claro como conocí que existía esta palmera de 13 brazos de La Palma. Quizá fue en algún programa de la televisión autonómica Canal 7 Región de Murcia (7RM), tristemente recién desaparecida, o bien sólo atrajo mi mirada, porque puede verse circulando en coche –aunque con dificultad– desde la Calle de Emilio Castelar, travesía en la que se convierte la carretera MU-311, que llega a este punto proveniente de Pozo Estrecho.
Esta fotografía de mi vieja y ya retirada de uso Nikon CoolPix 5700 fue tomada durante la mañana del 15 de agosto de 2007. Entonces, hace cinco años, era la primera vez que veía a esta singular palmera, de la especie Phoenix dactylifera, y que se encuentra en la Plaza García Vaso de la diputación cartagenera de La Palma, frente a la Ferretería Escribano.
Cómo es lógico me impresionó, pero no llegué a darle la importancia que se merece –y no tiene–, salvo para los palmesanos. Hasta que Mercedes Aranzueque, de la Asociación UNESCO La Cultura del Oasis, a quien le sorprende que esta palmera no sea muy conocida, me transmitió su entusiasmo en estas grandes hierbas arborescentes, de silueta omnipresente en los vergeles del mundo, y en concreto en este magnífico ejemplar. Porque no sólo es una palmera única, sino que sería equiparable a la famosa Palmera Imperial del Huerto del Cura, símbolo e hito turístico del palmeral de Elche, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.
Así, muy interesado en conocer cuantos detalles pudiera de la palmera de 13 brazos La Palma, llamé a la ferretería y me remitieron a Rafael Ortega, trovero palmesano que se conoce la historia del pueblo y sus rincones como la palma de su mano. Me contó Rafael, que tenía una bodega donde ahora está la Ferretería Escribano, que la palmera la plantó Antonio González Martínez, «el jardinero», en los años 50 o 60, por petición expresa del alcalde pedáneo de aquella época, Antonio Bolea Barrancos. Que durante una tempestad cayó una chispa o un rayo sobre la palmera y la copa principal quedó destruida, tanto que parecía que se iba a secar, hasta que al tiempo le salieron los 13 brazos [parece que simultáneamente] que tiene y conserva hoy día. Esto ocurrió así, no es ninguna historia que circule entre los palmesanos, porque la vecina María Rosario Hernández Salas vio lo sucedido. Además, me contó Isabel Pérez Baños, la mujer del ferretero Escribano y que actualmente se ocupa de la ferretería, que fue su marido quien hizo el primer soporte que sujetaba los brazos de la palmera, el que puede verse en la imagen y al que le veo como único inconveniente que descansa sobre el tronco, pero que desde luego la mostraba en todo su esplendor mucho mejor que el actual.
Apenas unos meses después de mi visita la Plaza García Vaso fue remodelada y se construyó «una estructura metálica especial para asegurar la palmera multibrazo existente y evitar riesgos de rotura y caída». Esta estructura, la nueva pavimentación y el edificio de línea moderna levantado a escasos 30 metros le restan bastante encanto al entorno de la palmera de 13 brazos de La Palma, un ejemplar único que, como poco, debería ser más conocido.
De modo que si con estos párrafos logro despertar un mínimo interés en esta excepcional palmera y animo a visitarla puede darse mi objetivo como cumplido.