Otoño es ese periodo del año en el que botánicos y aficionados permanecen alerta o completamente despistados para observar esas muchas veces «plantas invisibles», que por algún motivo u otro resultan especialmente esquivas (por floración efímera y/o irregular en tiempo y número de individuos, por poblaciones muy localizadas, etc.). Algunas de estas regularmente difíciles flores serotinas murcianas serían: Crocus serotinus (azafrán silvestre), Ranunculus bullatus (ranúnculo de otoño), Sternbergia colchiciflora (azafrán amarillo) y la protagonista de esta nota: Merendera filifolia (quitameriendas, cástamo).
Si consultamos Anthos (Sistema de información sobre las plantas de España) comprobaremos que este raro quitameriendas en el sureste ibérico está distribuido principalmente en las Islas Baleares y suroeste peninsular, con una única población intermedia entre estos dos disyuntos núcleos poblacionales, en la Región de Murcia. Se da la particularidad de que no sólo por esta distribución aislada y puntual es interesante la población murciana de Merendera filifolia, sino también porque, hace más de 100 años, fue la primera localidad confirmada en la Península Ibérica.
Apuntó esta circunstancia el botánico Carlos Pau, en la misma nota del boletín de la academia de geografía botánica de 1904 en la que cita en Cartagena a la Callitris quadrivalvis [el ciprés de Cartagena o sabina de Cartagena (Tetraclinis articulata)] como nueva para la flora de Europa, donde se hace referencia a «Merendera filifolia Cennb., admitida con duda entre las plantas españolas y hoy [en alusión a entonces, hace más de un siglo] demostrada su existencia». Se trataba de plantas de la localidad –que aún se conserva y puede visitarse– de Los Nietos (Cartagena), que le muestra Francisco de Paula Jiménez Munuera y este cita en su trabajo sobre Las plantas de Cartagena: «abunda en las lomas y terrenos incultos próximos al caserío de Los Nietos».
En esta primera localidad murciana y también en algunas otras, comprendidas o incluidas en la población de la especie al sur del Mar Menor, «crecen miles de individuos», tal y como se indica en la Guía del Mar Menor y su área de influencia, de 2009, en los montes que rodean a Los Belones (Cartagena), «en los cabezos de Mingote, de Roca, de Relenco y del Sabinar». Además, con posterioridad, a la población marminorense se suman otros varios miles de ejemplares de una nueva localidad, relativamente reciente (de 2011), en La Loma del Mar de Cristal, indicada por Gregorio Rabal, excelente conocedor de la flora del entorno del Mar Menor y del Campo de Cartagena, que es especialmente destacada por su ingente tamaño poblacional. Y, sin embargo, este gran grupo de ejemplares resultó literalmente invisible, por los motivos explicados, en los [al menos primeros] estudios ambientales del plan parcial que contempla en la zona el Plan General Municipal de Ordenación de Cartagena, a pesar de la extensión que ocupan, abundancia y vistosidad de las plantas durante la floración.