El País del Búho es la Candidatura de Reserva de la Biosfera «Sierras y Campos de Murcia» que impulsa el Ayuntamiento de Murcia con el loable empeño de la Concejala y Tercera Teniente de Alcalde Adela Martínez-Cachá Martínez.
Sin embargo, una vez conocida la zonificación de la Reserva de la Biosfera propuesta (en adelante RB), prácticamente dejando la vista en la página 15 del documento técnico divulgativo, resulta triste que a estas alturas del siglo XXI muy poco o nada nuevo se vaya a aportar a la conservación de la flora amenazada presente en el territorio que comprende y, en concreto, para determinadas poblaciones de especies vulnerables y de interés especial, algunas especialmente relevantes.
No puede ser de otra forma «sin nuevas figuras de protección» como puede leerse en la página de la Candidatura de la RB y sin una zonificación que contemple, como zonas núcleo, determinados enclaves de notable diversidad vegetal y su entorno, aunque estén fuera de los viejos, confusos y muy mejorables límites de Parque Regional El Valle y Carrascoy (aún con el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales PORN sin aprobar) y LIC Carrascoy y El Valle.
Además, con o sin ‘País del Búho’ el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Murcia ya ha sentenciado y/o indultado a poblaciones concretas de flora amenazada, posiblemente con un fundamento basado en el desconocimiento total. Entonces, ¿qué se va a hacer al respecto si se declara la RB? Nada se ha dicho.
Se comprenderá mejor con varios ejemplos.
1.- Barlia robertiana. Durante mucho tiempo la orquídea gigante que localizó Gregorio Rabal en el Llano del Beal (Cartagena), en febrero del año 2000, fue objeto de visitas y admiración para botánicos y aficionados; era el único ejemplar conocido y vivo por entonces en el territorio de la Región de Murcia. Un lustro después, en 2005, se localizaron varios ejemplares, solitarios o en grupos reducidos, también en el Campo de Cartagena, y una población en las sierras prelitorales de Murcia muy importante y destacada, con centenares de ejemplares, que encontró Pepe Montijo en un lugar del Monte El Valle, aún hoy día fuera de los límites que establecen Parque Regional y LIC; hasta incluso el grupo más numeroso está fuera de la Microrreserva botánica propuesta en la zona [sic], por lo que su delimitación tampoco es precisamente muy acertada. No fue hasta 2007 cuando, en un rincón perdido del Puerto de la Cadena, o mejor dicho apenas visitado, agentes medioambientales detectaron un núcleo bastante numeroso de individuos que crecían en determinados pastizales de unos abarrancamientos margosos (de este lugar son los ejemplares de la primera fotografía de esta entrada). El seguimiento de flora protegida de la Administración regional del año siguiente, que de forma tan efectiva realizan los agentes medioambientales de la Brigada Móvil, detectó, muy cerca, la que es sin duda la mayor población de Barlia robertiana de la Región, enclavada en unos terrenos espectaculares de bad lands o subdesiertos, donde se contabilizaron 3000 ejemplares por censo directo y se estimaron más de 5000.
Pues este sensacional núcleo poblacional, que cuenta con miles de ejemplares, comprendidos en la zona de transición de la RB, tiene sus efectivos diseminados por Monte Público y, lamentablemente, la mayoría se encuentran en suelo urbano sectorizado, según el PGOU de Murcia, además en un Plan Parcial aprobado en Pleno del Ayuntamiento de Murcia en 2008. Seguramente, sólo la fortuna y el azar han querido que el grupo más numeroso de esta población haya sido permutado por el Plan Parcial como zona verde y que se haya incluido como terreno forestal no urbanizable en el PGOU pero, ¿qué ocurre con el resto? Varios centenares de ejemplares de una especie ‘Vulnerable’ del Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida (Decreto 50/2003, BORM núm. 131), en número claramente superior a los que propiciaron la propuesta de una Microrreserva botánica [o dos], a merced de una urbanización que tiene el visto bueno del Ayuntamiento.
2.- Biarum dispar. La primera población conocida de zamacuca en la Región de Murcia fue localizada también por Gregorio Rabal en el año 2000, muy cerca de la pedanía murciana de Los Martínez del Puerto (a esta corresponde el ejemplar de la imagen anterior). Aún se conserva, cada vez más deteriorada, porque la amenaza principal que afecta a la especie, la fuerte presión de las prácticas agrícolas derivadas de la implantación de nuevos cultivos extensivos e intensivos, en detrimento de los tradicionales de secano, ha venido produciéndose desde su descubrimiento. Por entonces, el reducido grupo de individuos conocido y la posible inmediatez de desaparición de éstos supuso que la planta fuese considerada ‘En peligro de extinción’ en el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida (Decreto 50/2003, BORM núm. 131), categoría de protección que quizá hoy día ya no le corresponda. Tuvieron que pasar siete años para que, muy cerca, el biólogo de Torre Pacheco Fulgencio Sánchez Solana detectase la mayor de las poblaciones de zamacuca de la Región, en la que se estimaron 27000 ejemplares. Que la zona de este tan importante núcleo poblacional para la especie sea utilizada principalmente para la caza y que esté atravesada por una línea de alta tensión hacía pensar que su conservación podría estar asegurada. Pero, sin embargo, lamentablemente, también como la primera población, y a pesar de localizarse dentro del territorio que comprendería la RB, se encuentra en suelo urbano no sectorizado, según PGOU de Murcia, destinado a usos económico-dotacionales en grandes sectores.
3.- Achillea santolinoides subsp. santolinoides. La milenrama algodonosa, especie ‘De interés especial’ en el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida (Decreto 50/2003, BORM núm. 131), aunque le correspondería -al menos- la categoría de protección ‘Vulnerable’, un excelente trabajo de Francisco Alcaraz presentado al III Congreso de la Sociedad Española de Biología de la Conservación de Plantas (SeBiCoP) así lo evidencia, es un endemismo del sureste ibérico descrito en 1891 en algún lugar entre Murcia y Orihuela. En este territorio estuvo prácticamente desaparecida hasta hace 25 años cuando se localiza en el Puerto de la Cadena un grupo de individuos que, paradójicamente, no ha vuelto a encontrarse después, aunque fue buscada profusamente para el trabajo citado. Hay que esperar más de dos décadas a que el azar y la casualidad permita detectar de nuevo a esta rara planta en otro lugar distinto del Puerto de la Cadena. Sin esperarla, a punto de pisarla, aparece en unos bancales abandonados durante la tarde del 29 de enero de 2012 (la ramilla terminal con hojas de la fotografía anterior es de aquel día). Pues esta población, en la actualidad la única conocida en el municipio de Murcia, recordemos territorio donde se describió la planta para la ciencia hace más de 100 años, también localizada en el interior de la RB, en zona de transición, otra vez, lamentablemente, está en suelo urbanizable sectorizado según el PGOU de Murcia, además en los terrenos de un Plan Parcial aprobado en Pleno del Ayuntamiento en 2008. Cuando acabe la crisis o antes, da igual que otros Resort muy cercanos hayan sido un fracaso, el propietario de los terrenos, con el visto bueno del Ayuntamiento, puede roturar y después cubrir con cemento y ladrillo los cultivos tradicionales abandonados que ha recolonizado esta rara planta,’En peligro de extinción’ en la vecina Comunitat Valenciana y «Vulnerable» en la Lista Roja 2008. ¿Ofrece la RB alguna garantía para la conservación de la milenrama algodonosa? Difícilmente.
Para tranquilidad de muchos, ¿podría asegurarse que la Candidatura de Reserva de la Biosfera, defendida y publicitada a bombo y platillo desde el pasado 26 de diciembre de 2012, no será finalmente un simple distintivo o reconocimiento? Quizá, incluso, esta tierra no merezca una RB, por el menosprecio y desapego que a nuestros campos, sus edificaciones, costumbres y tradiciones se han convertido ya en seña de identidad desde hace décadas en este rincón del sureste peninsular. Hasta hoy mismo olvido y abandono son la triste condena que aplican los murcianos del siglo XXI, con sus dirigentes a la cabeza, a las que son nuestras propias raíces. Como ejemplo, en la imagen anterior, de 2010, la Ermita de lo Pareja, símbolo del esplendor agrícola de otra época, en el centro de un enclave de gran diversidad vegetal de los campos de Murcia. Venida a menos, ruinosa, a punto de derrumbarse (hace unas semanas se desplomaron las vigas de madera de la nave central y pronto será un montón de escombros), caerá, absurdamente garabateada de graffitis, completamente desconocida y olvidada, como si hubiese sido inexistente para los murcianos modernos, que ya no conocen la forma de vida de sus abuelos y viven casi totalmente desvinculados y sin afecto alguno a la naturaleza y tradiciones agrícolas de su entorno más cercano.