Primavera otoñal
Las lluvias son siempre factor clave y determinante de desarrollo vegetal y floración, pero lo son aún más en el territorio semiárido de la Región de Murcia, particularmente cálido y seco, hasta tal punto que marcan una diferencia muy notable de producirse a no, un antes y un después. Y en concreto, para poder disfrutar de una primavera otoñal las precipitaciones resultan fundamentales, si tienen lugar en el periodo más propicio tras el verano, durante las dos últimas semanas de septiembre. Que esto ocurra, encontrándonos en una tendencia meteorológica de irregularidad y sequía, es un regalo casi inmediato para quienes disfrutan de la naturaleza.
Esta situación, impredecible, de lluvias importantes en el momento idóneo, en décadas pasadas habitual y repetida durante cada comienzo de otoño, se ha producido en 2014, poniendo fin además a un periodo especialmente nefasto para flora y vegetación, que no había terminado de despertar desde –ni de recuperarse del– verano de 2013, en lo que podría denominarse annus horribilis para profesionales y aficionados de la botánica, y sobre todo para las plantas, las principales damnificadas por una sequía excepcional, en muchas zonas sin precedentes.
Sin embargo, a mitad de septiembre, el día de la Patrona de la ciudad de Murcia, descargaron lluvia las nubes en las sierra prelitorales, en varios chaparrones vespertinos de pocos minutos de duración. Esos apenas 2,5 litros por metro cuadrado fueron suficientes para desencadenar el desarrollo y la floración en –literalmente– contados cinco días de la flor de la estrella (Lapiedra martinezii), en la imagen anterior, una de las bulbosas mejor adaptadas a este rincón del sureste peninsular.
De haber quedado así, otros años ha sucedido, la sequía podría haber sido la constante en octubre y hasta noviembre, como viene siendo común en otoño y hasta en primavera, con días y días sin lluvia. Pero esta vez, por fortuna, transcurrida una semana, volvieron las precipitaciones, exactamente el día 22 de septiembre, y se produjeron acumulados relevantes a lo largo de la siguiente quincena, por encima de los 50 litros por metro cuadrado y superiores a los 90 en El Valle y Carrascoy.
De nuevo un otoño primaveral o una primavera otoñal, época del año –cada vez más restringida en el tiempo en Murcia y Cartagena– para salir al campo y encontrarnos a los montes reverdeciendo, con floración abundante, durante estos meses de tantas y tan interesantes especies de flora mediterránea serotina: narciso de otoño (Narcissus obsoletus), escilas de otoño (Scilla autumnalis y S. obtusifolia), ranúnculo de otoño (Ranuculus bullatus), quitameriendas (Merendera filifolia), oroval (Withania frutescens), margarita común (Bellis sylvestris), en la imagen anterior, etc. También otras que lo hacen principalmente en la primavera estacional vuelven a tener flores, como chumberillo de lobo (Caralluma europaea), oroval o bujera (Withania somnifera), mirto (Myrtus communis), en la imagen anterior, etc., aprovechando esta segunda oportunidad.
Sin duda, es una temporada esplendorosa de las flores de Murcia, que se puede y necesariamente se tiene que experimentar en los espacios naturales, en el lugar más inesperado, al siguiente paso junto o muy cerca de cualquier camino o senda.